Que un exceso de azúcar es perjudicial para la salud, lo sabemos todos. Que el azúcar consumido a través de bebidas azucaradas es una de las principales causas de la epidemia de obesidad y diabetes que padece el planeta, es una realidad demostrada. Y dicho lo cual, esta semana como mi amiga Marga me ha hecho saber, estamos de enhorabuena: se ha decidido crear un impuesto específico sobre las bebidas azucaradas y su industria se ha agitado enseñando los dientes.

– Pills, ¿no te parece una gran noticia?. A partir de ahora las bebidas azucaradas como la Coca Cola, la Pepsi y la Fanta tendrán un impuesto que las encarecerá para hacerlas menos accesible.
– Si que lo es Marga. La OMS lo llevaba reclamando desde hace tiempo y parece que por fin va a materializarse.
– ¿Y cómo les habrá sentado la medida a lo fabricantes de estas bebidas?.
– Pues como era de esperar, han puesto el grito en el cielo y estas han sido sus alegaciones de las que te voy a dar mi punto de vista:

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bebidas azucaradas

«Lamentamos la forma en la que se está produciendo la medida, sin diálogo con los sectores afectados y de manera sorpresiva»

El diálogo con el sector lleva años permanentemente abierto, como ellos mismos reconocen, pero con intereses tan alejados que hacen imposible tomar medidas consensuadas.

No puede ser sorpresiva, aunque si molesta, la medida que viene exigiendo reiteradamente la OMS en sus informes de 2015 y 2016, donde se aboga por una tasa del 20% sobre bebidas azucaradas.

«Esta medida perjudicaría la recuperación del consumo»

Alegan que este impuesto perjudicaría a la industria de la hostelería y el turismo y por ende a la recuperación económica. Si perjudica es porque asumen que se va a consumir menos, lo digo por aclarar un punto que comentaremos después.

Sin embargo, la medida no trata de conseguir que se “beba menos” sino que se “beba mejor”, que se derive el consumo a bebidas más saludables.

Una sola lata de refresco contiene más del 100% de todos los azúcares libres considerados óptimos para un día, es decir, no deberíamos añadir más azúcares a nuestra dieta, lo cuál no es ni aconsejable ni posible.

«Consideramos injusto y discriminatorio gravar a una categoría por tener un ingrediente, pero no al ingrediente en sí»

En principio podría darles la razón y quizás también debería extenderse la medida al azúcar como materia prima.

Pero no olvidemos que el consumo de estas bebidas azucaradas es masivo entre la población infantil y una de las causas principales de su obesidad y diabetes precoz. Actualmente hay 41 millones de niños en el mundo de menos de cinco años obesos o con sobrepeso, que fundamentalmente consumen refrescos y no cucharadas de azúcar, aunque en la práctica sea lo mismo.

«Los impuestos sobre alimentos y bebidas son regresivos y afectan especialmente a las clases con menos recursos»

Esta afirmación podría considerarse cierta si habláramos de alimentos o bebidas de primera necesidad, pero no cuando hablamos de bebidas “lúdicas”.

«Está demostrado que los impuestos no son eficaces para resolver problemas de salud ni para cambiar hábitos de consumo»

En el segundo punto reconocían que iba a afectar al consumo y a la economía, pero ahora dos párrafos más abajo ¿ya no?.

La misma OMS expresa en su informe “Políticas fiscales para la alimentación y la prevención de las enfermedades no transmisibles” , la efectividad de los impuestos y otras medidas fiscales en este campo. Gravar las bebidas azucaradas con impuestos similares a los que ya se usan con el tabaco son probablemente medidas efectivas.

Podemos también tomar como referencia otros países como Méjico, que desde 2014 mantienen un impuesto sobre este tipo de bebidas y comprobar que efectivamente la medida ha llevado a un descenso en el consumo de bebidas azucaradas en favor del agua embotellada, con el consiguiente beneficio sobre la salud de la población. 

Si a esto añadimos que dichos impuestos reducen el coste que estas enfermedades suponen al sistema de salud y estos recursos podrían dedicarse a políticas de promoción de la salud, la jugada es redonda. Aunque sobre este último punto tengo serias dudas, la verdad.

Ni Ellos Mismos se lo Creen

Aunque es un video largo, merece la pena ver como James Quincey, actual presidente de Coca-cola en Europa, es entrevistado en la BBC e intenta quitarle importancia a las grandes cantidades de azúcar que contienen sus refrescos.

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– Bueno Pills, no cabe duda que la industria afectada está algo más que molesta con la medida.
– Es lógico, Marga. Ahora hay que esperar a ver la tasa concreta aplicada y cómo la asume la industria: ¿subirán los precios o asumirán las pérdidas?.
– Sin embargo, no podemos achacar toda la obesidad existente al consumo de bebidas azucaradas, hay otros factores que intervienen.
– Sin duda alguna, Marga. Si bien el consumo de refrescos es una de las principales, sobre todo en población infantil.

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Fuentes:
El sector de las bebidas refrescantes rechaza un posible impuesto en los refrescos azucarados.