Uno de los clásicos del verano es el “no te bañes después de comer que te va a dar un corte de digestión”. Y sin embargo, hemos podido escuchar en alguna ocasión que el corte de digestión no existe, que es una invención de los padres para tener un momento de tranquilidad después de la comida. Y esto es lo que intentaba explicarle a Bibi, madre de 3 pequeños, a punto de iniciar sus vacaciones en la playa.
– Pills, a ver si me lo aclaras: ¿es o no cierto lo del corte de digestión?.
– Tal cual lo dices “corte de digestión”, no, no existe.
– Entonces, ¿es seguro que se bañen los niños después de comer, sin hacer la digestión?.
– Para contestar a tu pregunta, Bibi, déjame antes darte unas explicaciones sobre la digestión y la hidrocución, mal llamada “corte de digestión”.
El Proceso de la Digestión
Tras ingerir comida comienza el proceso de digestión que nos permitirá asimilar los nutrientes de los alimentos. Para que este proceso pueda llevarse a cabo se produce un aumento de flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo en detrimento de otras zonas, como por ejemplo el cerebro, de ahí la somnolencia que aparece tras una comida copiosa.
El tiempo en que tardemos en hacer todo este proceso digestivo dependerá del tipo y cantidad de comida ingerida, ya que cada alimento tiene un tiempo de digestión.
¿Qué le pasa a nuestra Digestión si nos Bañamos?
Si cuando estamos haciendo la digestión nos bañamos y por ejemplo nos ponemos a nadar, bucear o simplemente jugar en el agua, nuestro organismo tendrá que redistribuir el flujo sanguíneo y mandar más sangre a esos músculos que están activos.
Ello llevará a que nuestro sistema digestivo trabaje con menos recursos y la digestión se haga más lenta, pero no “se parará”, ni se nos cortará. Podremos tener entonces los síntomas propios de una indigestión: pesadez, malestar y en ocasiones, nauseas.
Esto mismo podríamos aplicarlo a si hacemos deporte justo después de comer.
La Hidrocución, el Verdadero Peligro
La hidrocución es un shock térmico causado por la diferencia de temperatura entre nuestro cuerpo y el agua donde nos bañamos.
En su forma más leve se pueden presentar náuseas, vómitos, mareo, palidez, cefalea, visión borrosa, zumbido de oído e incluso pérdida de conocimiento o síncope. Si esta perdida de conocimiento no es advertida por nadie la posibilidad de ahogarse en muy alta (recordemos que son necesarios tan solo 27 segundos para morir ahogado). Esta sintomatología es la que frecuentemente se confunde con una indigestión y de ahí llamarlo equivocadamente “corte de digestión”.
De forma más grave, el contacto con el agua fría puede provocar vasoconstricción en la circulación superficial y la disminución de la frecuencia cardiaca (por el reflejo de inmersión). El resultado es una parada cardiorrespiratoria que puede llevar a la muerte súbita.
Como vemos, ambos procesos son independientes del momento de nuestra digestión, se puede tener un síndrome de hidrocución teniendo el estómago vacío, pero en caso de comida copiosas puede ser un agravante.
Entonces: ¿Podemos o No Bañarnos tras una Comida?
Pues apliquemos el sentido común: si hacemos una comida copiosa será más que aconsejable dejar pasar las 2 o 3 horas de rigor de la digestión y dejar que esta se realice eficientemente, evitándonos las indigestiones o el riesgo de bañarnos sin todas nuestras capacidades alerta.
Del mismo modo, precaución con las siestas al sol y al despertar tirarse directamente al agua para refrescarse. Es recomendable entrar al agua poco a poco para evitar el shock térmico.
Fuentes:
Hidrocución Wikipedia.
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