Además de San Valentín, el 14 de febrero se celebra el Día Europeo de la Salud Sexual y Reproductiva. Y resulta que la salud sexual depende muy mucho de la educación que sobre ella reciban nuestros hijos. Sobre este tema tengo un punto de vista confrontado con el de mi amiga Marga. Ella es de la opinión de que los niños deben de ir aprendiendo sobre sexo con naturalidad, según se vayan encontrando en situación y yo, quizá por una visión más sanitaria sobre el tema, soy de la opinión de que es necesario abordar directamente la educación sexual con ellos.

 

¿Quién debe educar en Salud Sexual?

La primera cuestión sería plantearnos quién tiene la responsabilidad de esta educación. ¿Maestros, padres, sanitarios?. Si lo dejamos en manos de tan solo uno de ellos nos estamos equivocando, debe ser una educación coordinada entre todos ellos. Parece que todos miramos hacia otro lado esperando que esa incómoda responsabilidad recaiga sobre el otro.

Mientras tanto, los niños acceden a edades muy precoces a la pornografía a través de sus teléfonos y tablets, donde los patrones de relaciones no son en absoluto ni reales, ni sanos, ni adecuados. Aprenden sexo, dominación, sumisión. A ello súmale las letras de determinadas canciones en las que el papel de la mujer queda simplificado a ser un mero objeto de uso.

Es necesario dar un contrapunto a esta información que les llega de manera masiva desde sus móviles. Padres ilusos que distraen a sus hijos con dispositivos sin controlar por donde se pasean a cambio de tener un momento de tranquilidad.

La Responsabilidad de los Padres en la Educación Sexual

No podemos exigir educación en la escuela y no aportar como padres. ¿Te has sentado con tu hijo a explicarle qué son las enfermedades de transmisión sexual y cómo prevenirlas con el uso de preservativo?. Si no lo has hecho, ya estás tardando.

Una Falsa Sensación de Seguridad

En la farmacia observo que el uso del preservativo ha caído estrepitosamente, a la par que han aumentado las cifras de ETS. Tengo la impresión que el mayor uso de píldoras anticonceptivas crea una falsa sensación de seguridad, al poner el foco en lo que se considera el principal problema, “no quedar embarazada” y no valorar la importancia y peligro de la transmisión de enfermedades a través del sexo.

Soy de la generación del “Póntelo, pónselo”, una campaña que concienció sobre la importancia del uso del preservativo. Actualmente echo de menos esas campañas, confiamos en la accesibilidad a la información y bajamos la guardia.