El omeprazol y sus “primos” lansoprazol y esomeprazol, forman parte de uno de los grupos terapéuticos más prescritos en España. De hecho, está entre los dos grupos más consumidos junto con los analgésicos. Si te digo que son antiulcerosos, tu mismo entenderás el sinsentido que tiene su alto consumo ya que ello significaría que los españoles andamos muy, pero que muy, tocados del estómago. La explicación probablemente la podríamos encontrar en que no se utiliza adecuadamente y al contrario de lo que piensa la mayoría de la gente, el omeprazol no es un protector de estómago.

El Omeprazol NO es un Protector de Estómago

Es muy, muy habitual que cuando venís a por vuestra medicación a la farmacia os refiráis al omeprazol como un protector de estómago.

Durante unos días me dediqué a preguntar a los que lo decían, cómo pensaban que hacía esto el omeprazol y la respuesta más frecuente con variaciones fue: “pues crea una película protectora sobre las paredes de mi estómago evitando que los medicamentos que tomo la toquen y le hagan una herida”. Esta creencia es totalmente falsa, ya que el omeprazol no crean ninguna “película”.

Para sacaros de vuestro error debo deciros:

  • La mayoría de medicamentos no producen lesiones en el estómago. Tan solo los antiinflamatorios bajo determinadas circunstancias podrían provocarlas. Otra cosa es que te genere molestias.
  • Para que un medicamento pueda actuar tiene que ser absorbido a través de las paredes de estómago e intestino y por lo tanto debe tener contacto con estas. Pero tranquilos porque el omeprazol no actúa así y vuestros medicamentos (al menos la mayoría, como ahora veremos) si que están absorbiéndose y por lo tanto actuando.

Entonces … ¿Qué es el Omeprazol?

El omeprazol es un antiulceroso que actúa inhibiendo la bomba de protones. Esta jerga técnica se traduce en que impide la secreción ácida del estómago, a diferencia de los llamados antagonistas de los receptores H2 que inhiben parcialmente la secreción (ranitidina, Zantac …) o de los antiácidos que lo que hacen es neutralizar el ácido ya producido (almax, gaviscon y compañía).

Como os podéis imaginar, el ácido del estómago no está ahí por azar sino que cumple unas importantes funciones:

  • Facilitar la digestión de los alimentos.
  • Defendernos de patógenos que no pueden desarrollarse en el medio ácido generado en el estómago.

Por lo tanto, tomar omeprazol y disminuir la secreción ácida del estómago no tiene ningún sentido salvo determinadas circunstancias en las que esta se ve aumentada y que expresamente se indican en su ficha técnica:

“Prevención de las úlceras gástricas y duodenales, en pacientes de riesgo tratados con antiinflamatorios, síndrome de Zollinger Ellison, reflujo gastroesofágico, esofagitis péptica, tratamiento de úlcera gástrica y duodenal asociada a Helicobacter pylori”

¿te reconoces en alguna de estas patologías?. Si tu respuesta es no y usas omeprazol, no deberías hacerlo. Te recomiendo consultes con tu médico o farmacéutico para retirarlo poco a poco y evitar hipersecreción ácida de rebote.

Omeprazol para un Día de Excesos

Es también frecuente que algunos toméis omeprazol o similares para tratar los excesos de una comilona o la bebida.

Vuelvo a insistir, no tiene ningún sentido. El omeprazol evita la formación de ácido pero no neutraliza el  ya formado como ocurre con el exceso de comida o bebida.

Además, como ya he comentado, la falta de ácido puede provocar que tu digestión sea más lenta, con lo que conseguirías el efecto contrario a lo buscado en caso de tener una indigestión.

Lo más indicado si tienes acidez puntual tras un exceso es tratarla con antiácidos.

Abuso del Omeprazol

El uso prolongado e inadecuado del omeprazol puede tener consecuencias negativas para tu salud. Entre ellas:

  • Disminución de la absorción de Vitamina B12, ya que esta necesita del medio ácido del estómago para poder absorberse. La carencia de Vitamina B12 se asocia a anemia, déficit cognitivo y neuropatías.
  • Aumento del riesgo de osteoporosis y por tanto de la posibilidad de sufrir fracturas de cadera, muñeca y columna vertebral.
  • Aumento de infecciones por agentes patógenos oportunistas que serían normalmente controlados en un medio acido normal.

Y vuelvo a insistir: «uso inadecuado». Cuando el omeprazol se utiliza en las indicaciones correctas, los beneficios superan a las posibles riesgos.

Y recuerda: los medicamentos no son buenos ni malos sino adecuados o inadecuados.

 

 

 

 

Fuentes:
Seguridad de los Inhibidores de la Bomba de Protones, Rev. Gastroenterol. Perú; 2011; 31-1: 49-55.