Ya hemos entrado de pleno en octubre, el “mes rosa” por excelencia. La puesta en escena rosa tiene para mi sentimientos encontrados. Por una parte estoy muy a favor de cualquier campaña solidaria con la que se recaude dinero para favorecer la investigación de tratamientos o desarrollo de prevención de cualquier tipo de enfermedad. Pero, por otro lado, me genera un gran rechazo ver como empresas se aprovechan sumándose al rosa con la única y exclusiva finalidad de lucrarse. Es el llamado pinkwashing.
Octubre, Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama y la Venta Rosa
Durante este mes, se lanzan multitud de campañas para concienciar sobre la necesidad de invertir en programas de investigación sobre el cáncer de mama.
La forma más común de visibilizar estas acciones es coloreando los artículos de rosa, color asociado al lazo representativo del cáncer de mama y por extensión, a cualquier artículo que quiere reivindicar solidaridad con la causa.
Sin embargo, no todo artículo rosa es necesariamente solidario…
Pinkwashing: el Arte de la Venta Rosa
El término pinkwashing (del inglés pink, rosa y whitewash, blanquear o encubrir) fue acuñado por la organización Breast Cancer Action para poner el foco en las empresas que aseguraban apoyar a las mujeres con cáncer de mama y realizaban acciones de venta de artículos rosas, mientras que en realidad su objetivo era conseguir mayores beneficios y mejorar su imagen de marca al incorporar a su publicidad una causa benéfica.
El mes de octubre es el momento perfecto para crear campañas de marketing contra el cáncer de mama sin ninguna base solidaria pero que potencian las ventas y atrae clientes, ya que se trata de un tema que despierta mucha sensibilidad.
Las marcas que practican el pinkwashing pueden identificarse porque no suelen comunicar sus iniciativas contra el cáncer de mama, simplemente añaden un lazo rosa visible en sus productos o los tiñen de rosa de forma engañosa.
El Lazo Rosa No Garantiza Solidaridad
Los lazos de colores representativos de los distintos cánceres, incluido el rosa que nos ocupa, no están regulados por ningún organismo. Quiero decir con esto que cualquiera puede hacer uso de ellos como elemento de reclamo sobre sus productos.
En unos casos comunicarán algún tipo de campaña solidaria pero en otros es tan solo un elemento de marketing oportunista.
¿Quiere decir ello que intentan engañarnos? Pues puede ser que lo intenten. Por ello debemos ser suspicaces y cuestionarnos la finalidad del lazo o baño rosado. Valorar si los productos están realmente alineados con la causa y apoyan o donan un porcentaje de las ventas obtenidas.
¿Cómo distinguir un Pinkwashing de un Producto Solidario?
Pues al igual que cada vez estamos más acostumbrados a mirar las etiquetas en alimentación, para distinguir aquellos productos solidarios de los que no lo son, hay que fijarse en las leyendas que lleve el producto en cuestión.
Las empresas comprometidas siempre muestran de manera visible que es un artículo con causa y la organización a la que se destinarán las ganancias de dicho producto.
Busca, comprueba y solidarízate.
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Cierto, y también está el greewashing para hacernos creer que son ecológicos.
Con relación al cáncer de mama, lo que no entiendo es por qué se le da tanta atención, por encima de cualquier otro tipo de cáncer, y los hay que son mucho más devastadores, con índices de mortalidad mucho más elevados y también más difíciles de rastrear, como el cáncer de páncreas, por ejemplo. De hecho, digo que no sé por qué pasa esto, pero en realidad tengo mi propia teoría, que mejor no la comparto por ser algo políticamente incorrecta…
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Hola, David.
Estoy segura de que esa teoría «políticamente incorrecta» es acertada.
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Tristemente estoy de acuerdo con ambos.