Teniendo en cuenta que el sarampión dispone de una vacuna eficaz, accesible y de bajo coste, que es una enfermedad que solo la sufre el hombre y que el virus que la provoca sobrevive durante poco tiempo fuera de este, ¿cómo es posible que estemos sufriendo en Europa un brote de sarampión con cifras tan alarmantes?. Esta pregunta no tiene una única contestación, aunque mi amiga Marga, defensora al extremo de “lo natural”, nos pone sobre la pista de una de ellas.

– Pills, sé de tu profunda aversión hacia el movimiento antivacunas, pero me han dado un dato sobre el sarampión que quizás haga que cambies de opinión.
– Tu dirás, Marga, pero ya te adelanto que mi posición es inamovible: VACUNAS, SÍ O SÍ.
– Bueno, lo que se comenta es que pasar la enfermedad da una mayor inmunidad que la vacuna y que los hijos de madres vacunadas son más vulnerables a contraer la enfermedad que los de madres que han pasado la enfermedad en el periodo desde que nacen hasta que reciben su primera dosis.
– En ese argumento, Marga, te olvidas de una cuestión fundamental: que para ello hay que pasar la enfermedad con todas sus consecuencias.

 

El Sarampión NO es una Enfermedad Banal

El sarampión es una enfermedad grave causada por un virus (de la familia de los paramixovirus) que sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños menores de 5 años. Puede causar la muerte  o dejar importantes secuelas: ceguera, encefalitis, otitis, neumonía …

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa (el índice de contagio de los no vacunados roza el 100%) que solo afecta al hombre, y que se transmite a través del contacto directo, la tos, estornudo o contactos con secreciones nasales o faríngeas infectadas.

No tiene tratamiento específico y se recomienda la toma de sales de rehidratación para reponer líquidos.

Los Buenos Resultados de la Vacuna

Con la introducción de la vacuna, los casos de sarampión descendieron considerablemente. Así, la OMS cifra en 20,4 millones de muertes las evitadas por la acción de la vacuna entre los años 2000 y 2016, año en el que se registraron cifras mínimas de casos.

A nivel mundial, las defunciones por sarampión han descendido un 84%, pasando de 550.100 en 2000 a 89.780 en 2016.

Para conseguir la erradicación de esta enfermedad, la OMS aconseja un porcentaje de vacunación del 95% de los niños en sus dos dosis, quedando sin vacunar aquel 5% que por algún tipo de circunstancia no pudiera pero que quedaría protegido por el colectivo vacunado.

La prevención del sarampión se hace con la vacunación.

 

¿Morir de Éxito?

El sarampión es una enfermedad que por sus características podría y debería de ser erradicada. De hecho, este era uno de los objetivos de la OMS que ha tenido que ser aplazado por los recientes y numerosos casos en Europa.

Evidentemente, el alto numero de casos aparecidos en Ucrania pueden ser justificados por la escasez de vacunas durante la guerra y los de Grecia  por la austeridad en la época de crisis.

Sin embargo, el elevado número en otros países como Alemania, Italia y Francia no pueden ser achacados a estas deficiencias, lo que hace pensar que, el haber bajado los índices de vacunación por debajo del 95% recomendado por la OMS e incluso la incompleta vacunación por no suministrar la imprescindible segunda dosis, están detrás de las alarmantes cifras.

Ante una enfermedad que parecía prácticamente erradicada no se pueden relajar las políticas de control de campañas de vacunación por olvidar las graves consecuencias de su padecimiento.

El papel de los Antivacunas

Aunque no se les puede achacar por completo al colectivo antivacunas toda la crudeza del actual brote de sarampión en Europa, es cierto que su parte llevan.

Los antivacunas, fieles seguidores de terapias naturales tales como beber leche cruda o parir en casa (y recordemos que lo natural no es inocuo), defienden la teoría de que es “más sano” inmunizarse pasando la enfermedad que poniéndose la vacuna, además de así no someterse a las compañías farmacéuticas.

Bien, ante ello tan solo dos puntualizaciones:

  • Aunque los títulos de anticuerpos inducidos por la vacuna son inferiores a los que aparecen tras la enfermedad natural, se ha demostrado la persistencia de concentraciones protectoras durante muchos años, seguramente de por vida.
  • Para conseguir la inmunidad natural es necesario pasar la enfermedad y ya hemos visto los riesgos asociados a ello: muerte y secuelas importantes de por vida.

«Alguno podría argumentar que el no vacunar es una elección personal pero esta decisión puede tener fatales consecuencias tanto para los niños sujetos a esta decisión de sus padres como para otros que todavía no han sido vacunados».

Fuentes:
WHO: Measles cases hit record high in European Region.
Who EpiData
OMS: Sarampión
AEP.: Vacuna Sarampión